PASEANDO CON…

Adolfo Serra
La fuerza contenida en lo aparentemente anecdótico

Adolfo Serra es ilustrador la mayor parte de su tiempo, pero también es un gran amante de la naturaleza, que observa detenidamente desde lo más profundo de sus ojos para parpadear con cada árbol, cada pájaro, cada gesto de una flor. Sus manos son capaces de volcar sobre el papel en blanco todo lo que ha cazado solo mirando, como si ya todo fuera parte de él y no tuviera más que contar su propia presencia, su propio espíritu descalzo sobre la vida silvestre.

Con más de 50 libros publicados a sus espaldas y muchas horas de oficio, Adolfo es todavía un entusiasta de su trabajo y eso se transmite en cada una de sus ilustraciones. Generoso con su cercanía, su disposición a disfrutar del reto y su entrega, ha dibujado un patinegro que acompaña perfectamente a nuestro vino, como si fuera el ecosistema acuático en el que vive y encuentra alimento.

adolfo serra pajaros

Cuenta que durante el proceso creativo, estuvo observando y documentándose sobre el ave, para estudiar su hábitat, su forma y sus colores, su movimiento y el dibujo que describe cuando alza el vuelo

No es que sea un ave fuerte y rotunda, pero justamente eso es lo que me gusta. Es como un sonido agudo en una canción. Saltando, delicado, junto con las marismas, la combinación tierra, agua, aire, sal. Me lleva también a colores rosados, azulados, grises y atardeceres”.

adolfo serra ilustracion
adolfo serra ilustracion
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Hubo un poema de José Mateos que le estuvo rondando mientras dibujaba, quizás recordándole la fuerza contenida en lo pequeño, en lo aparentemente anecdótico pero que sin embargo, contiene potencia en sus entrañas. Quizás, la esencia no solo del patinegro, sino de estos vinos nuestros de naturaleza tan singular.

Mira el jilguero. No es nada:
miedo y plumas.

Sin embargo,
escondido entre las ramas,
puede hacer que cante un árbol.

Dibujar para buscar el gesto, ese amasijo de líneas perfectas que se combinan para transformarse en plumas, patas y pico. Trazos y búsqueda de técnicas exactas que fueron acercando la ilustración a ese lugar fluido como el mar, las nubes y los reflejos. Y entre todos los colores, el amarillo que termina de cerrar el círculo entre el plumaje y este vino blanco fruto de la tierra jerezana.

adolfo serra playa
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